martes, 24 de noviembre de 2015

Insatisfacción

Nada más comprarnos la casa, decidimos que los muebles no nos gustaban y vaciamos la casa de mobiliario. Los de la mudanza tuvieron que usar una grúa para sacar el sofá y los armarios por el balcón, no salían por la puerta.
Después, nos dimos cuenta de que tanto tabique era un error y contratamos obreros para que vaciaran la casa de paredes. Ellos tendieron un tobogán desde la ventana hasta el contenedor, que se fue tragando los cascotes. Cuando ya no quedaban muros que tirar, nos vimos disconformes con el suelo y les pedimos que lo quitaran. Las losetas rotas desaparecieron siguiendo el camino de los cascotes. Mirando el espacio que ha quedado, nos hemos dado cuenta de que no queda qué habitar y da igual porque, últimamente, al mirarnos es evidente que no nos gusta el otro para esta casa.

3 comentarios: