martes, 27 de octubre de 2015

El picaporte

La niña ha crecido con una pregunta rondándole por la cabeza: ¿reconocerían los picaportes quien los abría? Igual parece una cuestión extraña, pero es que la mayor afición de la niña es observarlo todo y cuestionarlo. Y en particular su obsesión es observar la puerta del fondo del pasillo. No sabe que guardaba detrás, no la han llevado jamás y es demasiado pequeña para accionar el picaporte. Sin embargo, con el tiempo, observando desde el otro lado del pasillo, se ha hecho una experta en aquel manillar dorado: si entra mamá no chirría, con su hermano se produce un extraño quejido y para su padre se abre rápida acompañado de un leve cras. Sin duda el picaporte tiene que reconocer la mano que lo toca. La niña, cuando nadie mira, se acerca, se estira lo máximo, apoyándose sólo en la puntera de sus zapatos de charol. Espera el día que su mano alcance su objetivo y descubrir cómo responde su amigo a su mano.

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