sábado, 7 de marzo de 2015

El sueño del pescador

Se acerca y juntos nos dirigimos a la minka. Corro la fusuma para cerrarla, observando el exterior, nadie se ha percatado de nuestra ausencia en la playa.

Me espera junto al futon extendido en el tatami. Cuidadosamente retiro el kakebuton y coloco la makura. Cojo un paño de seda y le vendo los ojos antes de desnudarme. Comienzo a desvestirle lentamente, se estremece al sentir mis manos, frías de pasar horas bajo el agua sobre su torso, y ronronea al sentir mis dedos recorriendo su columna vertebral hasta posarse en sus caderas. Sus manos me buscan aferrando mi cuerpo contra el suyo. Me separo apartando su cuerpo de forma violenta, la sorpresa le hace llevarse las manos al vello que tiene sobre los ojos. Impido que se lo quite y hago que se tumbe. Me obedece a regañadientes más por la evidente excitación que por seguirme el juego.

Comienzo a recorrer su cuerpo con mis labios, remarcando el camino con mis uñas. Mis dientes le arrancan un grito de sorpresa al cerrarse sobre uno de sus pezones. Cuando lo repito con el otro, el grito se convierte en un gutural sonido brotado de su pecho. Rodeo de besos su ombligo y comienza a temblar. Me buscan sus manos y respondo guiándolas por mi propio cuerpo. Se me escapa un gemido indiscreto y su cuerpo se revoluciona ante él. Bruscamente me aparto y uno nuestras humedades comprobando que encajan a la perfección.

Comenzamos a movernos al ritmo. Me encuentro al borde del abismo y sé que me acompaña.

Entonces noto una sacudida, muy distinta a la que esperaba, en el hombro. Mis ojos enfocan la cara de mi shujin, que acaba de llegar a la playa con su barca y me mira desconcertado. Sacudo la cabeza y me deshago de los restos de mi fantasía extramarital. Mi marido me deja y vuelve a la barca donde ayuda a su compañero, el objeto de mis deseos ocultos, a descargar los aparejos.

Suspiro frustrada. No me siento culpable y menos después de que mi shujin me confesara que fantasea que es un pulpo que me penetra con todos sus tentáculos. Al menos mis fantasías son lógicas.

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