domingo, 2 de octubre de 2016

PARADOJA DE LA DIVINIDAD

Y os juro que allí donde el mar se confunde con el cielo, allí donde la geografía y las nubes son una, allí… vi la morada de los dioses, tan vasta y singular como las rocas que cubren con su azul. Y sus habitantes –nuevos, viejos, apenas recordados o de los que aún hay quien mata en su nombre- , sin excepción alguna, bajaban la mirada a la tierra pidiendo a esos creadores  mortales que orasen para no morir en la inmortalidad del olvido.

2 comentarios:

  1. Hermoso texto. Tiene un tono que pide ser leído en voz alta, enérgicamente.

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