La mirada clavada en la mirada:
un enlace, que cruza el aire y el mar
de cerveza y de carne que llena el bar.
Ella indica que inicie la jugada.
El índice la guía hacia la arcada.
Calla la muchedumbre del lugar
la marea carnal creada de un lunar,
cerca, la galería auxilia la amada.
En la umbría acaricia la figura
rival. La lengua haya vida nueva
y dibuja en carmín la nuez madura .
La luz vecinal quiebra, en blancura,
la idea de un final feliz en la cueva.
Ducha fría, le dice caradura.
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